Imagina que llega el pico de ventas… y no hay suficiente stock. O al contrario: el almacén está lleno de productos que no se están vendiendo. En ambos casos, el problema no fue la demanda, sino no haberla previsto.
La variabilidad de la demanda es uno de los grandes retos que enfrentan los equipos de Compras. Cambios bruscos o sutiles, difíciles de anticipar, que afectan directamente a las decisiones de aprovisionamiento, y terminan por repercutir en toda la empresa.
Pero, aunque no podamos controlar lo que pide el mercado, sí podemos anticiparnos con los datos adecuados. ¡Veamos más a continuación!
¿Qué es la variabilidad de la demanda y por qué impacta tanto en Compras?
La variabilidad de la demanda hace referencia a los cambios, a veces abruptos, a veces sutiles, en lo que los clientes necesitan o compran. Puede deberse a factores estacionales, promociones puntuales, alteraciones en la cadena logística, crisis económicas o incluso eventos meteorológicos. Lo importante es entender que esta variabilidad no es una excepción, sino una realidad constante.
Para el departamento de Compras, esto supone trabajar en un entorno de incertidumbre. ¿Cuánto comprar? ¿Cuándo hacerlo? ¿Qué proveedor garantizará la entrega a tiempo? Si las respuestas a estas preguntas se basan en una demanda mal estimada, el riesgo es alto: tanto por exceso de inventario como por falta de stock. Además, esta inestabilidad puede hacer que se pierdan oportunidades de venta, afectar negativamente a la negociación con proveedores, al cash flow y a la capacidad operativa de toda la organización.
Lo que antes se resolvía con márgenes de seguridad y algo de intuición, hoy requiere de sistemas más sofisticados que integren datos, anticipen escenarios y permitan tomar decisiones con mayor precisión. De lo contrario, la variabilidad se convierte en un problema crónico que lastra los resultados.
¿Qué se puede hacer frente a la variabilidad?
En lugar de intentar eliminarla, algo imposible en la mayoría de los sectores, lo importante es prepararse para gestionarla. Esto implica trabajar con diferentes escenarios, tener mayor visibilidad y agilidad para ajustar decisiones a tiempo. A nivel operativo, significa tomar decisiones más informadas sobre cuánto pedir, cuándo reponer, o cómo ajustar la producción.
Para lograrlo, no basta con mirar al pasado: se necesita capacidad de previsión. Aquí es donde entran en juego los datos, la tecnología y herramientas capaces de generar recomendaciones prácticas a partir de la información disponible.
Cómo mitigar la variabilidad con tecnología y datos
Cuando hablamos de incertidumbre en la demanda, la intuición o la experiencia ya no son suficientes. Para adelantarse a los cambios con eficacia, es necesario apoyarse en datos y en tecnología capaz de procesarlos de forma avanzada. En este punto, herramientas como las que ofrece Valerdat se convierten en aliados clave.
Uno de los módulos más potentes es el de Predicción de Demanda, que utiliza modelos avanzados de inteligencia artificial y machine learning para detectar patrones ocultos y anticipar comportamientos futuros.
Este sistema se alimenta tanto de datos históricos internos (ventas, consumos, pedidos anteriores), como de variables exógenas (festivos, estacionalidad, campañas comerciales o incluso condiciones meteorológicas, si son relevantes). A partir de esa información, la herramienta genera una previsión ajustada que permite planificar con mayor confianza.
¿Y cómo se traduce esto en decisiones prácticas? Por ejemplo, al prever un incremento puntual en la demanda de un determinado producto, el sistema puede sugerir lanzar una orden de compra con antelación o aumentar el nivel de stock previsto para ese período, evitando así roturas o urgencias de última hora. Del mismo modo, si se espera una caída, puede recomendar esparcir las órdenes de compra lo suficiente para evitar acumular inventario innecesario.
La ventaja está en poder reaccionar antes de que el impacto ocurra, ajustando la operación con precisión y evitando tanto el sobrestock como la falta de producto. Así, se gana en eficiencia, se reducen costes y se mejora el nivel de servicio al cliente final.
Conclusión
En resumen, la variabilidad de la demanda es un reto constante en la cadena de suministro que impacta directamente en las decisiones de compras. Sin buenos modelos de predicción de demanda, las empresas se arriesgan a sufrir roturas de stock, excesos de inventario o compras urgentes poco eficientes.
Afortunadamente, hoy existen herramientas basadas en datos e inteligencia artificial que permiten anticiparse y tomar decisiones más inteligentes. En Valerdat, ayudamos a los departamentos de Compras a entender mejor su demanda, ganar agilidad y reducir costes. ¡Hablemos!
