En el complejo y dinámico mundo de la cadena de suministros, el departamento de compras juega un papel fundamental. Su eficiencia no solo impacta directamente en la rentabilidad, sino que también define la agilidad y la capacidad de respuesta ante los impredecibles cambios del mercado. Sin embargo, para navegar con éxito en este entorno, es esencial contar con una brújula precisa que guíe el camino. Aquí es donde entran en juego los KPIs esenciales del departamento de compras.
En Valerdat, entendemos la importancia de medir lo que importa. Por eso, en este artículo queremos compartir contigo 3 KPIs esenciales que cada departamento de compras debe monitorear de cerca. Estos indicadores no sólo te ayudarán a evaluar el rendimiento de manera objetiva, sino que también te permitirán identificar áreas de mejora, optimizar procesos y, en última instancia, impulsar el éxito de tu compañía.
¿Cuáles son los KPIs claves para el éxito del departamento de compras?
Si bien somos conscientes que existen numerosos KPIs (Indicadores Clave de Desempeño) que pueden medir diversos aspectos del departamento de compras, la realidad es que solo unos pocos tienen el poder de inclinar la balanza hacia el éxito o el fracaso.
Entender cuáles son estos KPIs claves nos asegura que estemos invirtiendo nuestra energía y recursos en las áreas que más impactan en en el rendimiento y los resultados finales.
En otras palabras, conscientes de la importancia de priorizar en un mundo lleno de datos y métricas, nos hemos propuesto desvelar cuáles son esos KPIs indispensables. Aquellos que verdaderamente marcan la diferencia en conseguir los objetivos del departamento de compras. Estos KPIs no son meras cifras en un informe, son las señales que nos indican si estamos en el camino correcto hacia la eficacia operativa y la rentabilidad.
Así que, si te has preguntado alguna vez cuáles son esos indicadores que no puedes perder de vista, estás en el lugar adecuado. Veamos más a continuación.
Calidad: El KPI decisivo en la gestión de compras
En el complejo mundo de las compras, ¿cómo navegamos por el dilema de elegir entre costes bajos y alta calidad? La respuesta no es sencilla, pero centrarnos en la calidad del producto y del servicio proveedor se revela como una estrategia que, aunque pueda parecer costosa a corto plazo, a largo plazo se traduce en ahorros y satisfacción del cliente.
Consideremos esto: comprar barato puede parecer atractivo en un principio, pero si la calidad no está a la altura, podríamos terminar perdiendo más dinero a medida que surgen problemas, devoluciones o insatisfacciones.
La calidad tiene, sin duda, una influencia directa en el coste. Un producto de baja calidad puede significar un «ahorro» que acaba saliendo caro. Ya sea por la durabilidad reducida del producto o por el impacto negativo en la satisfacción del cliente.
Este indicador nos permite medir la calidad de lo que compramos y la fiabilidad de quienes nos lo suministran. Algunas preguntas que podemos hacernos son: ¿El proveedor entrega productos de alta calidad de manera consistente? ¿O nos encontramos con productos defectuosos, entregas tardías o mercancías dañadas?
Medir y establecer ratios de devoluciones o pedidos rechazados se convierte en una herramienta poderosa para evaluar a nuestros proveedores, no solo desde una perspectiva cuantitativa sino también cualitativa.
Además, este KPI nos permite responder de manera rápida frente a los problemas de calidad, asegurando que cada producto que adquirimos cumpla nuestras expectativas y, por ende, las de nuestros clientes.
En última instancia, garantizar una alta calidad en los productos adquiridos no es solo una cuestión de mantener satisfechos a nuestros clientes. También es una estrategia inteligente para salvaguardar la reputación y la competitividad de nuestra empresa en el mercado. Al poner la calidad en el centro de nuestra gestión de compras, estamos sentando las bases para un éxito duradero.
Costes: El segundo de los KPIs claves del departamento de compras
Cuando hablamos de la gestión eficiente del departamento de compras, los costes siempre se sitúan en el centro del escenario. No se trata sólo de gastar menos, sino de gastar de manera inteligente. Tener los costes bajo control, entonces, no es solo una tarea más en la lista, es una prioridad que requiere atención constante y un enfoque estratégico.
El Coste Total de Adquisición (CTA) surge como un indicador clave en esta batalla diaria por la eficiencia. Al abarcar todos los gastos asociados a la obtención de un producto o servicio, desde el precio de compra hasta los costes de transporte y los impuestos, el CTA nos ofrece una visión completa del impacto financiero de nuestras decisiones de compra.
En otras palabras, al tener una visión completa del CTA, el departamento de compras puede identificar dónde hay margen para la optimización y dónde se pueden buscar oportunidades de ahorro. Por ende, reducir el CTA no solo es sinónimo de optimizar recursos, sino también de abrir puertas a nuevas oportunidades de ahorro que, a largo plazo, fortalecen la posición financiera de la empresa.
Pero el análisis no termina ahí. Para comprender verdaderamente el impacto de nuestras acciones, debemos considerar también el Ahorro Total de Costes.
Este indicador refleja el esfuerzo y la eficacia del departamento en mejorar la rentabilidad de la empresa. Por ello, abarca todo, desde la capacidad para negociar mejores condiciones con los proveedores hasta la implementación de mejoras en los procesos de compra que reducen costes innecesarios.
En pocas palabras, medir y monitorear el CTA y el Ahorro Total de Costes nos permite validar las estrategias implementadas, y reforzar la posición de las compras como un pilar estratégico dentro de la organización.
Plazos: KPI clave para una cadena de suministro exitosa
Cada elemento entregado a tiempo refuerza la confianza y la satisfacción tanto de clientes como de socios comerciales, marcando la diferencia entre un flujo operativo suave y uno lleno de contratiempos.
Centrarse en la puntualidad de las entregas implica mirar más allá del simple hecho de si un producto llega o no a tiempo. Requiere una visión integral que considere los tiempos de entrega desde dos ángulos: tanto las llegadas anticipadas como las tardías. Ambos extremos traen consigo sus propios desafíos.
Por ejemplo, recibir productos antes de lo previsto podría parecer una ventaja, pero si no contamos con el espacio de almacenamiento necesario o si altera nuestra planificación financiera, rápidamente se convierte en un problema. Del mismo modo, las entregas tardías pueden interrumpir nuestras operaciones y afectar negativamente la producción, especialmente en ambientes de negocio que operan con inventarios justos.
Por lo tanto, la clave está en medir y gestionar estos tiempos de entrega con precisión, lo que nos permite no solo ajustar nuestras expectativas y planificaciones sino también tomar acciones correctivas cuando sea necesario.
Además, este indicador tiene otras dos caras: la eficiencia y la fiabilidad de nuestros proveedores, y nuestro propio desempeño en la entrega a nuestros clientes. Esta doble visión nos ayuda a mantener un ciclo de suministro eficiente y a garantizar que estemos cumpliendo con los estándares de servicio esperados.
En resumen, identificar áreas donde los retrasos son más frecuentes o donde la precisión de las entregas falla permite una mejora continua, asegurando que cada eslabón de la cadena de suministro opera con la máxima eficacia. Así es como, la gestión eficaz de los tiempos de entrega es más que una cuestión de logística; es una estrategia integral que afecta cada aspecto de la cadena de suministro.
Conclusión
Aunque existen numerosos KPIs que pueden orientar el desempeño del departamento de compras, en este artículo hemos puesto nuestro foco en los tres que verdaderamente marcan la diferencia. La gestión eficiente de los costes, la insistencia en la calidad del producto y del servicio, y la puntualidad en las entregas conforman el triángulo sobre el cual se puede construir una estrategia de compras robusta y efectiva.
En Valerdat, reconocemos que, al final del día, el éxito de nuestra cadena de suministros se traduce en el éxito de nuestra empresa. Por ello, invitamos a los profesionales del sector a considerar estos KPIs como pilares claves en su estrategia de compras.